lunes, 20 de marzo de 2017

Porque no sé si voy a volver

Hay un punto del sufrimiento en el que todo cambia. Mis pacientes me lo han dicho muchas veces, "no sé qué ha pasado, pero en lo más profundo de mi dolor algo ha hecho un click y sé que no voy a volver a hacerme daño".

A nuestra manera todos nos autolesionamos. Aspiramos a lo que "no puede ser" y hacemos de ello una guerra personal, en busca de algo más grande que aquello en lo que nos hemos convertido.

Da igual lo que digamos en voz alta, todos somos personas razonables, todos hemos aprendido que si cuentas el deseo que pediste al soplar las velas, no se cumplirá. Parecemos buena gente resignada ante los demás mientras que, oculta en un sutil brillo en nuestro ojos, continúa viva la esperanza en lo imposible.

Así agrandamos la herida. Soñando con el trabajo que no podremos desempeñar, con la hija que no tendremos, con ese amor que no funcionó, con poder usar zapatos de tacón... A veces ni siquiera es imposible, solo jodidamente difícil.

Y nos esforzamos tanto, nos empeñamos tanto, nos desgastamos tanto... ¿y por qué? "porque renunciar a esto sería como renunciar a mí misma". Pero igual que no vivimos en un futuro que no tenemos, no podemos renunciar a algo que no existe. Y yo sí que existo, joder, aunque seminconsciente en algún lugar del presente perdiéndomelo todo en un registro muy premium de pringadez humana.

Ya no entiendo las canciones, pero no me importa. Quiero dejar de correr, que el presente me alcance, solo caminar... y que me cuentes lo que significan.

Con cariño
LA












lunes, 6 de marzo de 2017

Qué bien te va el nombre

Nunca habría pensado llamarte así, fue tan inesperado como saber que vendrías. Pasa el tiempo y nos vamos conociendo, y es extraño ver cómo te conviertes en alguien tan diferente a mí pero que repite mis frases. "Son cosas que pasan, no te preocupes", me dices, y a veces casi me creo que sabes lo que eso significa.

¿Qué diría Winnicott? ¿Soy suficientemente buena? Si acabaras siendo como Natalie Portman en beautiful girls igual es que tan mal no lo habría hecho, está claro.

No soy la más divertida, ni la más entregada, ni desde luego la más cariñosa. Soy lo que soy. Alguien que se cree sus propias historias. Historias que a veces, y solo a veces, cobran vida, como la del pequeño geco que recorrió todo Madrid para conocerte y celebrar cada año de tu corta existencia. 

Porque eso sí se me da bien, transmitir a quienes más quiero lo importantes y significativos que son para mí. Los símbolos, los cuentos, los números y las metáforas son solo mi forma de darle trascendencia. 

No imagino un futuro para ti, tengo la sensación de que no necesitarás que lo haga. Te escucho hablar con tus muñecos, les das lecciones, les hablas de tus sentimientos, te oigo decirles "voy a estar aquí siempre" y pienso que igual si que me recuerdas un poco a mí, solo que más lista, más guapa y mucho más fuerte. Y mientras te observo me invade la sensación de que todo te irá bien, a pesar de las dificultades, a pesar de mí misma, de mis conflictos y de mi insuficiencia.

Nunca pensé que te llamarías así, pero me gusta tu nombre. Tú le has dado ese sentido nuevo, igual que se lo das a una vida que nunca imaginé para mí, pero que me ha cambiado por completo. Con un desarrollo mucho menos pretencioso que cualquiera de mis cuentos. Más humilde, sí, y también más auténtico.

Con cariño
LA